
En una época en la cual la información se aprecia como el bien del momento y sobre la cual se quieren crear grandes registros de marca, derechos de autor y copy rights la mentalidad colaborativa viene a ser un oasis en medio de esta maraña de impedimentos al libre acceso a la información.
Resulta irónico que al iniciar el siglo XIX, las grandes marcas consolidadas creadoras de tecnologías de la información insistan en crear métodos para restringir el uso y acceso a sus plataformas de software que nos permiten navegar en la red, para mencionar el beneficio más utilizado actualmente.
Claro ejemplo de ello es la corporación Microsoft, quien el 17 de septiembre de 2007 fue obligada a divulgar ciertos protocolos a la competencia debido a una demanda de la Unión Europea que la acusó por utilizar su importancia en el mercado con fines monopolísticos.
Esta experiencia de Microsoft pone al descubierto la tendencia actual de poner a disposición de los usuarios software de fuente abierta, como el trabajo creativo de la mayoría de los hackers.

Ante este panorama, no queda duda de que el verdadero ganador de la pugna entre la mentalidad corporativa y la mentalidad colaborativa será, en definitiva, el usuario.
Carolina Arcia Méndez
Pablo Patiño Berrocal
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