miércoles, 5 de marzo de 2008

Periódicos: ¿Ser o estar?

¿Qué para qué sirve el periódico? Bueno... a parte de las razones obviamente utilitarias como recoger los desechos del perro o los regueros del fin de semana... hay que ponerle cabeza, porque es que frente a la Amplia Red Mundial parece que ya este tradicional medio no tiene nada que hacer.

Con el empuje de las nuevas tecnologías de la información poco a poco se ha ido desplazando el suave pasar de las hojas por el sonido de los ¨clicks¨ del ratón y el presionar de los dedos sobre las teclas... y esta es una de las grandes ventajas de la Internet sobre el periódico: el visitante de una página (en la mayoría de las veces) tiene la posibilidad de presentar opiniones y criterios con una rapidez de publicación que para aparecer en un medio escrito tomaría días.

Otro punto crítico que enfrentan los periódicos es que para ser rentables y permanecer en el tiempo necesitan lectores. Pero no cualquier tipo de lectores sino unos que tengan la capacidad intelectual y sean competentes, no meros alfabetizados (¿será que aún existen?).

Esto se debe a que con la Internet cada vez hay menos generalización y más especialización, más interactividad, más servicio y menos interpretación. El lector ahora tiene la posibilidad de seleccionar, editar y crear sus propias informaciones.

Atrás va quedando el análisis, la crítica y la investigación profunda a la que nos tenían acostumbrados muchos periodicos. Se abren nuevos espacios en los que la rápidez e inmediatez es lo importante y no la calidad del contenido.

El gran problema de los periódicos es que parecen no enterarse del ritmo vertiginoso con que buscadores, portales, blogs y otros mecanismos de la Red los están empujando al cambio.

Para sus supervivencia, el factor central será el lector. Deben conocer a profundidad sus gustos e intereses con tal de ofrecerles lo que buscan y no lo que el medio les presenta como agenda.

Al final de cuentas, la pregunta no es tanto ¿para qué sirve un periódico? sino ¿qué deben hacer para seguir siendo periódicos?

Pablo Patiño Berrocal
Carolina Arcia Méndez





lunes, 3 de marzo de 2008

Corporación vs. Colaboración


En una época en la cual la información se aprecia como el bien del momento y sobre la cual se quieren crear grandes registros de marca, derechos de autor y copy rights la mentalidad colaborativa viene a ser un oasis en medio de esta maraña de impedimentos al libre acceso a la información.
Resulta irónico que al iniciar el siglo XIX, las grandes marcas consolidadas creadoras de tecnologías de la información insistan en crear métodos para restringir el uso y acceso a sus plataformas de software que nos permiten navegar en la red, para mencionar el beneficio más utilizado actualmente.

Claro ejemplo de ello es la corporación Microsoft, quien el 17 de septiembre de 2007 fue obligada a divulgar ciertos protocolos a la competencia debido a una demanda de la Unión Europea que la acusó por utilizar su importancia en el mercado con fines monopolísticos.
Esta experiencia de Microsoft pone al descubierto la tendencia actual de poner a disposición de los usuarios software de fuente abierta, como el trabajo creativo de la mayoría de los hackers.

Esta estrategia, que podríamos como la ética del hacker, del libre acceso a las nuevas tecnologías se convertirá en un dolor de cabeza para las marcas consolidadas porque la comunidad de desarrolladores de software libre hará mejoras a los programas y la mentalidad colaborativa ayudará a desarrollar programas más robustos que los que se crean en plataformas de software cerradas.
Ante este panorama, no queda duda de que el verdadero ganador de la pugna entre la mentalidad corporativa y la mentalidad colaborativa será, en definitiva, el usuario.

Carolina Arcia Méndez
Pablo Patiño Berrocal